Lunes 27 de septiembre 2021
"Su aspecto era como el de uno que caminaba hacia Jerusalén" (Lc 9,51-56)

Señor Jesús, siempre nos ha llamado la atención este dato que aporta Lucas al relato que nos presenta el evangelio de hoy. Y hoy nos preguntamos, ¿cuál era el aspecto de uno que caminaba a Jerusalén? ¿Qué nos quiere decir hoy tu Palabra? ¿Estoy en camino? ¿Hacia dónde? Te pedimos, Señor, que nos muestres el camino hacia Jerusalén.

Señor Jesús, ese aspecto tuyo debía llamar mucho la atención. Imaginamos que no eras un hombre superficial, ni un hombre de prisas. Te vemos más bien como un hombre ocupado y preocupado por la gente, enamorado de las personas, especialmente de las más vulnerables; te imaginamos como un hombre de paz y bien, de compromiso liberador, cercano, sensible y colmado de ternura. Te pedimos, Señor, que nos hagas como tú, mujeres y hombres vitalmente comprometidos.

Señor Jesús, tú caminabas a Jerusalén. Y nosotros también. Nuestro mundo, nuestras realidades, las circunstancias de cada uno y de cada comunidad… todo nos habla de ese camino a Jerusalén. A nuestro alrededor hay mucha insatisfacción, mucho dolor, mucho sinsentido, mucha búsqueda de sentido, mucha desesperanza y mucho amor no correspondido. Haznos conscientes que ir tras de ti conlleva caminar hacia Jerusalén. Conlleva hacerse cargo del sufrimiento ajeno y cargarse con él. Y encargarse de él. Haznos como tú. Comprometidos con las heridas del mundo, encantados de ser razón de vida y esperanza para todos.

Señor Jesús, te pedimos que nos hagas entender desde dentro qué significa tener ese aspecto de unos que caminamos hacia Jerusalén. Haznos discípulos confiados en tu Palabra. Eso necesitamos. Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno

Responsables Área Pastoral FEC

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