Señor Jesús, maestro de vida, todos los días tienes una palabra nueva sea mí y por ello te doy gracias. Una mañana más aquí me tienes, dispuesto a dejarme guiar por tu palabra y a atreverme a enseñar como tú. Pon en mis labios las palabras justas, el tono adecuado, la fuerza necesaria y la convicción desde lo más profundo del corazón.

Señor Jesús, dice el Evangelio de hoy, que todos los días enseñanzas. También a mí me gustaría vivir y gastar mí vida así: tener gestos y palabras oportunas, entregar cuanto soy y tengo en lo que hago, devolver gratuitamente lo que gratis se me ha concedido. Renueva en mí el deseo de ser un discípulo fiel, empeñado en trabajar por la paz y el bien.

Señor Jesús, quiero vivir hoy en tu escuela, aprender de ti tu modo de enseñar, tu modo de guiar, tu modo de acompañar a los otros. Haz que sea hoy para los que me rodean motivo de alegría, razón de vida y esperanza. Hazme maestro como tú. Siempre aprendiz, siempre aprendiendo. Así te lo pido. Así sea

Óscar Alonso Peno

Responsable Área Pastoral FEC