Señor Jesús, el evangelio que nos regalas esta mañana nos habla de mucha gente, de muchas vidas, de un sinfín de historias de mujeres y hombres que te precedieron, historias en ocasiones gloriosas y en muchas otras vergonzosas, historias rotas y vidas manchadas, pero hombres y mujeres amados, guiados y acompañados por la mano providente de Dios. Historias en las que ha habido luces y sombras, y todas ellas han mantenido la antorcha de la fe de generación en generación.

Señor Jesús, por eso en esta mañana de viernes en la que no se habla de otra cosa que de la sexta ola, de las pruebas, de las cifras, de la llamada al sentido común y de seguir cuidándonos, queremos también nosotros hacer memoria de personas que nos han precedido y de tu presencia providente en todas ellas.

Señor Jesús recordamos agradecidos a nuestros abuelos y abuelas, a los que están y a los que ya gozan de tu presencia. Recordamos agradecidos a nuestros padres y madres, a los que están y a los que ya gozan de tu presencia. Recordamos agradecidos a todos nuestros familiares, a los que están y a los que ya gozan de tu presencia. Recordamos agradecidos al sacerdote que nos bautizó y nuestros padrinos de bautismo. Recordamos agradecidos a nuestros catequistas. Recordamos agradecidos a las personas que hicieron posible que funcionara la catequesis cuando éramos catecúmenos. Recordamos agradecidos al vicario o al obispo que nos confirmó. Recordamos agradecidos a quienes nos formaron en la fe, en la vida religiosa, en la vida matrimonial o en la vida sin más. Recordamos agradecidos a nuestros maestros y profesores, aquellos que nos ayudaron a ser la menor versión de nosotros mismos. Recordamos agradecidos a todas las personas que nos han formado en las diferentes etapas de nuestra vida.

Señor Jesús, recordamos agradecidos a todas las personas que trabajan por la justicia y la paz. Recordamos agradecidos a nuestros sacerdotes. Recordamos, agradecidos a nuestros amigos y amigas. Recordamos agradecidos a las personas de nuestras comunidades religiosas, comunidades parroquiales o eclesiales. Recordamos agradecidos a los religiosos y religiosas que nos han acercado a ti. Recordamos agradecidos a los que nos han encomendado la misión de evangelizar. Recordamos agradecidos a tantas y tantos santos que nos han precedido y que viven entre nosotros. Recordamos agradecidos tanta buenagente que hay en el mundo, gracias a los cuales tu rostro y tu presencia se hacen claramente perceptibles. Recordamos agradecidos a los vecinos que nos hacen la vida más fácil. Recordamos agradecidos a todas las personas que nos prestan su ayuda, su sonrisa, su “buenos días”, su ¿cómo estás? Recordamos agradecidos a tantas personas vulnerables que nos han tocado el corazón y han despertado en nosotros otro modo de vivir. Recordamos agradecidos estos días la cantidad de personas que solidariamente están dedicando tiempo y recursos para que nadie se quede atrás.

Señor Jesús, como ves, nuestra lista también es inmensa. Gracias por tanta presencia y por tanta providencia. Gracias por seguir siendo el Señor de nuestra vida. Así queremos que siga siendo. Así sea

Oscar Alonso Peno

Responsable Área Pastoral FEC