Señor Jesús, una semana más aquí nos tienes dispuestos a ponernos en camino, a intentar en todo ser Buena Noticia y a que los demás encuentren en nosotros, en nuestros gestos y acciones, motivos para seguir esperando.

Y, Señor Jesús, tu Palabra hoy nos retrata ¡tan bien! En ese afán nuestro de hacer el bien, de sanar y salvar a los otros, de poner en marcha nuevas iniciativas solidarias e inclusivas, a veces nos ocurre como a tus discípulos: nos sabemos bien la teoría, nos sabemos enviados por ti, pero olvidamos que, para poder ser como tú en medio del mundo, debemos tener fe. No vale con sabernos los ritos, pronunciar las palabras adecuadas y automáticamente se obran los milagros.

Señor Jesús, por eso ante nuestra pregunta de por qué nosotros no podemos sanar, salvar y transformar siempre que queremos la vida de la gente, especialmente de las personas más necesitadas, tú nos recuerdas que todo es posible al que tiene fe. Te pedimos que repartas esa fe entre nosotros, que nos hagas fecundos en la fe recibida, que no pensemos jamás que sin ella lograremos ser parte viva de tu reino, que nos fiemos más de ti.

Señor Jesús, si todo es posible al que tiene fe, danos esa fe. Necesitamos sabernos en tus manos y de tu mano enviados al mundo. ¡Hay tanto por hacer! Gracias, una mañana más por enviarnos y acompañarnos. Feliz lunes Señor. 

Así sea

Oscar Alonso Peno

Responsable Área Pastoral FEC