Lunes 6 de febrero 2023

"Le rogaban que les dejase tocar al menos la orla de su manto" (Mc 6,53-56)

Señor Jesús, si yo pudiera tocar la orla de tu manto quedaría sano para siempre. Ninguna de mis heridas, ninguno de mis dolores, ninguna de mis cicatrices serían para mí motivo de tristeza ni de abatimiento.

Señor Jesús, si pudiera escuchar mi nombre en tus labios toda mi existencia quedaría inundada por la fragancia de tu Evangelio y por la alegría de saberte cerca y compañero de mi vida y milagros.

Señor Jesús, si yo pudiera tocar la orla de tu manto todas mis debilidades, todas mis flaquezas, todas mis incoherencias, todas mis inconsistencias, todas mis vergüenzas y mis negaciones quedarían borradas para siempre.

Señor Jesús, si yo pudiera tocar la orla de tu manto tomaría constancia de la importancia que tienes tú para mí, me haría consciente de que solo no puedo, me daría cuenta de que sin ti nada soy y caería en la cuenta de que tú eres lo mejor que me ha pasado, lo primero y lo más importante de mi vida.

Señor Jesús, si yo pudiera tocar la orla de tu manto sería más consciente de que los demás son mis hermanos, de que los más vulnerables y los más pobres son tus escogidos, de que las bienaventuranzas no son publicidad sino propuesta de vida, de que tu mandamiento del amor no es una sugerencia sino el primero y el más importante de los mandamientos.

Señor Jesús, que hoy tenga la oportunidad de tocar la orla de tu manto en la vida. Así te lo pedimos. Así sea

Óscar Alonso Peno
Responsable Área Pastoral FEC

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