Señor Jesús,

cómo nos gusta este encuentro entre María Magdalena y Tú.

 Y ¡cómo nos gustaría ser nosotros como María!

Y verte, y reconocerte como maestro y Señor de nuestra vida.

Y salir del encuentro contigo con todo por hacer,

 con todo por decir, con tanto por celebrar.

Señor Jesús, haznos como María:

curiosos,

convencidos de que tu amistad es verdadera

y va más allá del vernos.

Haznos creyentes sensibles,

con capacidad para conmovernos

y para llorar si es preciso.

Haznos como María,

deseosos de retenerte con nosotros

porque junto a ti todo nos resulta más fácil,

más hondo y más pleno.

Señor Jesús,

qué privilegio tenerte cerca.

Qué suerte poder vivir en modo pascual,

resucitados contigo, llenos de vida y de esperanza.

Haz que en este día digamos muchas veces «felices pascuas»,

«el Señor te bendiga».

Haz que no nos dé vergüenza confesar la fe en ti,

Señor Dios, Hijo de Dios, Sumo Bien, Todo Bien.

Así te lo pedimos. Así sea

Oscar Alonso Peno

Responsable Área Pastoral FEC