Lunes 9 de octubre 2023

"Anda, haz tú lo mismo" (Lc 10,25-37)

Señor Jesús, ¿quién es mi prójimo? ¿Dónde está? ¿Que he de hacer por él? ¿Por qué me cuesta tan poco decir “amar al prójimo” y me cuesta tanto amarle en lo cotidiano y concreto de la vida? ¿Por qué a veces el prójimo me parece tan lejano y tan de otros mundos y tan poco de mi realidad y de mi entorno? ¿Con quién he de practicar yo misericordia? ¿Y con quién la realizo en verdad?

Señor Jesús, hoy me recuerdas una vez más que el prójimo es cualquiera que me rodea, especialmente aquellos que por mil y un motivos necesitan todo de los demás para poder seguir y salir adelante. Cualquiera que me rodea aquí cerca o en la franja de Gaza, o en Ucrania o en las costas de nuestras Islas Canarias. Cualquiera.

Señor Jesús, mi prójimo es el pobre de no tener, el que no tiene trabajo, el que ha perdido a su familia, el que vive o se siente solo, el que perdió toda esperanza, el que lucha por vencer la enfermedad y el que vive derrotado por ella, el que es apaleado por el sistema y el que por sistema es un sin voz, el que vive en la calle, el que pide en la acera, el que desea que le den una oportunidad y el que lo arriesga todo por tener una vida con un poco de dignidad y de felicidad, sea donde sea, sea donde el mar les lleve.

Señor Jesús, y ante tanto prójimo, cercano y lejano, tú sólo me dices: “Haz tú lo mismo” que hizo el samaritano. Hazte cargo de lo que hay, cárgatelo a la espalda, encárgate de ello… y hazlo con Misericordia.

Señor Jesús, haz de mí un signo vivo de esa Misericordia que sana, redime, restituye dignidades y vivifica a los demás. Así te lo pido. Así sea

Oscar Alonso Peno

Responsable Área Pastoral FEC

 

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