Señor Jesús, ¿sabemos que eres veraz? ¿Sabemos que no te fijas en apariencias? ¿Sabemos que enseñas el camino de Dios según la verdad? Eso nos gustaría. Eso te pedimos. Nos gustaría vivir en profundidad, alejarnos de la superficialidad y la mediocridad reinante y descubrir el sentido de todo.

Señor Jesús, necesitamos verdad en nuestra vida y sabemos que tú eres la verdad, pero nos reconocemos inexpertos en tu búsqueda y a veces vivimos conformándonos con medio mentiras o medio verdades. Danos la fe necesaria para caminar por la vida en verdad, esa verdad que nos hace auténticos y coherentes. Esa verdad que nos permita ser lo que estamos llamados a ser en ti.

Señor Jesús, a ti no te preocupaba lo que de ti decían, pero a nosotros nos cuesta un poco más: el qué dicen, el qué dirán, el qué parecerá y el qué interpretarán de nosotros nos importa y mucho. A veces tanto que no nos deja ser nosotros mismos. Necesitamos seguir descubriendo, de tu mano, quiénes somos y qué quieres de nosotros. Ayúdanos a ser la mejor versión de nosotros mismos, en verdad.

Señor Jesús, tú no te fijas en apariencias. Y en nuestro mundo las apariencias cotizan al alza. Danos el discernimiento necesario para saber qué viene de ti y qué no te pertenece, qué es una buena noticia y qué no lo es, qué habla de verdad y qué no es verdadero. Haz que distingamos bien lo que es del César y lo que es de Dios. Y enséñanos a quedarnos con la mejor parte.

Señor Jesús, enséñanos el camino de Dios según la verdad. Y un día más te pedimos por la paz en el mundo. Así te lo pedimos. Así sea