Como bien saben los amantes de la naturaleza y, de modo especial, aquellos a los que les encanta comer los frutos de la tierra cuando comienza el curso, el suculento huerto del frío se siembra en verano. Es por eso que las vacaciones, el merecido y obligado descanso, después de un curso tan intenso, pueden ser un buen espacio y tiempo para sembrar. Es decir, para dormir más y mejor, para leer más y mejor, para viajar y contemplar, más y mejor… Ojalá este verano sea para todos un tiempo propicio para reencontrarnos (en el más amplio sentido de la palabra), para disfrutar y para cargar las pilas, rodeados de quien bien queremos y bien nos quiere. A todos, por tanto y por todo, muchas gracias. Felices vacaciones. Que la siembra sea abundante, porque más abundante aun será la cosecha. 

Mil gracias. Oscar.